La agencia Reuters informa sobre un estudio francés, publicado en Food and Chemical Toxicology, durante el cual, las ratas alimentadas durante toda su vida con maíz modificado genéticamente por Monsanto o expuesto a su químico más vendido, el herbicida Roundup (glifosato), sufrieron tumores y daños múltiples en órganos.
Gilles-Eric Seralini y su equipo, de la Universidad de Caen, afirman que las ratas alimentadas con una dieta que contenía semillas de maíz de la variedad NK603 (modificada genéticamente para tolerar las dosis de Roundup) o a las que se dio agua que contenía niveles de este producto permitido en Estados Unidos habían muerto antes que las que siguieron una dieta normal.
Las ratas bajo dieta genéticamente modificada y sin contacto con Roundup sufrieron tumores mamarios, así como daños severos en hígado y riñón.
El 50 % de los machos y el 70 % de las hembras murieron de forma prematura, frente a sólo el 30 % y el 20 % en el grupo de control.
En España, al contrario que en otros países de nuestro entorno (como siempre), la ley permite un etiquetado de los alimentos sin información sobre el posible origen transgénico de sus componentes.