El albarelo, palabra derivada de al-baraní (vaso de drogas), es un recipiente cerámico en forma de vaso cilíndrico, ligeramente entallado en su parte central para poder cogerlo con facilidad, esmaltado tanto por el exterior como por el interior para evitar la porosidad del material (salvo en los de los S.XIII y XIV). Se utilizaban para conservar sustancias sólidas o viscosas usadas en la elaboración de medicamentos, convirtiéndose en el envase farmacéutico por excelencia y en el elemento más importante del botamen (conjunto de recipientes destinados a contener productos de uso farmacéutico).

El origen del albarelo es persa, probablemente del S.XII, y su diseño parece estar inspirado en la caña de bambú, ya que este material era utilizado en la fabricación de envases para transportar drogas.

Llega al sur de Europa a través de las zonas de influencia musulmana como objeto de lujo y poco después empieza a fabricarse en dichas zonas para uso interno y de exportación, convirtiéndose en las primeras piezas de cerámica de uso exclusivo farmacéutico del continente. Los alfares más importantes, y los primeros en comenzar a producir albarelos en Europa, estaban en España (Manises, Paterna, Teruel, Talavera de la Reina, etc). Se fabricaban de distintos tamaños, llamándose los más pequeños pildoreros, pues se usaban para guardar píldoras. También en Italia hubo relevantes alfares, como los de Faenza y Urbino. Incluso algunos autores apuntan que el origen de la acepción latina de al-baraní es italiano (albarello), pero otros afirman que el origen es Español.

A partir del S.XV los albarelos ya están ampliamente difundidos por la Península Ibérica, Francia e Italia. Durante este siglo y el siguiente se realizan las piezas más importantes y con las decoraciones más hermosas. En el S.XVII la calidad ya no es la misma y empieza a primar la practicidad, llegando la misma a su culmen en el S.XVIII. En este siglo el uso del albarelo se generaliza en las farmacias, pero con diseños mucho menos elaborados, predominando sencillos albarelos de color azul o verde.

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Albarelos
Colección Luis Marcos

La base de la decoración era el esmalte. La técnica del esmaltado fue introducida por los árabes en España. Se utilizaba estaño para conseguir un color blanco sobre el que luego se pintaba, normalmente con tonos azules o verdes, pero también con morado, amarillo, dorado, etc. Muchas decoraciones se hacían personalizadas, con letreros indicativos del contenido escudos heráldicos de la orden religiosa a cuya farmacia iba destinada la pieza. En otras ocasiones, sobre todo en el S.XVIII y XIX el propio boticario sencillamente pegaba una etiqueta de papel con los datos que creía oportunos.

El declive del albarelo tuvo lugar en el S.XIX, y en el S.XX ya eran piezas de colección. Hoy día son muy valiosos, llegando a pagarse cientos de miles de euros por piezas hispano-moriscas del S.XV.

Como nota final, decir que los albarelos tenían tapa, aunque es raro verlos con ella hoy día. Inicialmente se fabricaron de pergamino y se fijaban con una cuerda. Más tarde se fabricaron de metal.

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Autor: Luis Marcos Nogales (farmacéutico)

Fuentes: Les pots d’apothicaire en France du 16 au 19 siécle (Jaques Fréal). Cerámica farmacéutica (Julia López Campuzano). Antiguas boticas españolas y sus recipientes (José Vicente González -coordinador-). Apothecary jars (Rudolf.E.A.Drey).

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