Casimiro Gómez Ortega
La Ilustración personificada.
Casimiro Gómez Ortega, uno de los más grandes botánicos de su tiempo, nació en Añover de Tajo (Toledo) en 1741. Tras cursar estudios en el Colegio de los Infantes de Toledo (1751-1753), Escuelas Pías de Lavapiés de los Escolapios en Madrid (1753-1755) y el Seminario Jesuita de Cordelles (1755-1757) en Barcelona, su tío, el influyente farmacéutico José Ortega y Hernández, a cargo de su formación, le envía a la universidad de Bolonia donde estudió, entre otras cosas, botánica, medicina e historia natural graduándose como Doctor en Filosofía y Medicina en 1762. A su regreso a España se hizo farmacéutico. En 1771 se le nombró Catedrático Interino del Jardín Botánico de Madrid obteniendo la plaza por oposición un año después.
José Ortega y Hernández facilitó tremendamente la carrera de su sobrino, ya que sus títulos de Boticario Mayor del Ejército e intendente del Jardín Botánico de Madrid le proporcionaron incontables contactos, simpatías y facilidades al joven ilustrado. Además, nombró a Casimiro heredero de su fortuna, incluida una botica en la calle Montera de Madrid. Al parecer, también ayudo que se casara con Teresa Lope de Aguilar, hija de un Médico de Cámara de S.M. De hecho, tal retahíla de “amistades” le allanaron el terreno hasta el punto de obtener cargos y títulos, como el de farmacéutico, sin pasar por la facultad ni hacer los cuatro años de prácticas en botica exigidos, sólo examinándose, lo cual no resta mérito a su brillante carrera científica y a sus logros.
Casimiro ocupó la plaza de Catedrático treinta años y los convirtió en los más importantes de la historia del Jardín Botánico de Madrid. Descubrió numerosos géneros y especies botánicas además de multiplicar el número de especies presentes en la institución gracias a una política muy ambiciosa de adquisiciones, que incluía numerosas herborizaciones realizadas por él mismo y por sus pupilos, contactos con corresponsales por medio mundo (63 en 1793) así como la organización y dirección de expediciones científicas.
Crea tres grupos de corresponsales botánicos. Uno tiene carácter europeo, pensado para dar a conocer y sacar rendimiento de las expediciones científicas. El grupo español, estudia la flora española, colaboran en la formación de profesionales que cursan la botánica en sus estudios, como los farmacéuticos y trabaja en aclimatar los ejemplares traídos de América en los jardines botánicos españoles, sobre todo en los de Cádiz y Cartagena. El tercer grupo es americano y apoya a los científicos que trabajan en las expediciones científicas.
Las expediciones científicas como las que Casimiro Gómez Ortega envió a las posesiones españolas de ultramar, fueron una de las puntas de lanza de la Ilustración Española y tuvieron lugar bajo el reinado de Carlos III y Carlos IV, siendo la más conocida la Expedición Malaspina. Él intervino en las expediciones de Hipólito Ruiz y José Pavón (ambos farmacéuticos) a Perú y Chile (1777-1788), la de Juan Cuéllar a Filipinas (1786-1801) y la de Martín de Sessé y Vicente Cervantes a Nueva España (1787-1803). También intervino, pero en menor medida, en la de Celestino Mutis a Nueva Granada. Cabe decir que España dedicó en esta época al desarrollo científico un presupuesto mucho mayor que el resto de potencias europeas, pero la historia es injusta y la han escrito los anglosajones, que siempre tacharon a España de país atrasado. ¿Quién conoce la expedición de Hipólito Ruiz y José Pavón y quién no conoce al Capitán Cook?
Su interés por las expediciones fue más allá de lo meramente científico, implicándose en la explotación de las riquezas naturales del Imperio, como la quina, cuyo comercio trató de controlar, o la canela, que la Real Compañía de Filipinas intentaba cultivar.
Aunque Casimiro Gómez Ortega fue el director técnico de las expediciones mencionadas, realmente no dependían de él ni del Jardín Botánico. Las expediciones dependían de la Secretaría de Indias y el Jardín del Real Tribunal del Protomedicato.
Escribió, pensando en las expediciones, un manual de referencia sobre el transporte de plantas (Instrucción sobre el modo más seguro y económico de transportar plantas vivas por mar y tierra a los países más distantes. 1779) logrando aclimatar y cultivar muchas de ellas en España .
Fue el responsable del traslado del Jardín Botánico a su emplazamiento actual en el Paseo del Prado desde el Soto de Migas Calientes, quedando inaugurado en 1781. Decidió su instalación y diseño tras viajar por Europa visitando los jardines botánicos más importantes y modernos del momento: Holanda, Inglaterra (Londres, Oxford) y sobre todo Francia (Jardin du Roi en París).
Cabe destacar su labor formativa, de especial relevancia si tenemos en cuenta la gran cantidad de botánicos de prestigio que pasaron por sus aulas, creando escuela. Muchos de ellos obtuvieron las cátedras de los numerosos jardines botánicos que se fueron fundando en España y América por mediación de Casimiro. Algunos de sus discípulos, como los famosos Hipólito Ruiz y José Pavón, fueron los botánicos de importantes expediciones científicas.
Sin duda alguna fue un ejemplo de personaje ilustrado del S.XVIII español, puesto que no se dedicó sólo a la botánica. También realizó estudios sobre farmacia, química, historia natural, historia de la ciencia (fue académico de la Real Academia de la Historia de la que llegó a ser decano), literatura,etc. Introdujo la química neumática y la teoría de los gases en España, y fue el primero de nuestro país en hablar del ácido carbónico en el agua tras separar el gas al analizar el agua mineral de Trillo, descrito todo ello en la Memoria analítica de las aguas de Trillo (Bolonia, 1777) y Tratado de las aguas termales de Trillo (Bolonia, 1778). En 1780 fue nombrado examinador de la Facultad de Farmacia en el Real Protomedicato y se le encargó la redacción de la nueva farmacopea española. También se le nombró Boticario Mayor y Médico de Cámara de S.M el Rey. Tuvo mucha importancia su labor dentro del Real Colegio de Farmacéuticos de Madrid desde que ingresó en 1764.
Perteneció a multitud de sociedades científicas tanto españolas como extranjeras dado su prestigio y por ser el nexo de unión entre los descubrimientos realizados en América y Europa: Academia Médica Matritense -fundada por su tío- (1761), Real Sociedad Económica Matritense (1776), Sociedad Botánica de Florencia (1762), Real Academia de Ciencias de París (1776), Royal Society de Londres (1777). En las últimas dos décadas del siglo se encontraba en la cúspide de su carrera y da la impresión de que se lo rifaban por media Europa: Real Sociedad de Ciencias de Nancy (1782), Instituto de Bolonia (1783), Sociedad de Estudiosos de la Naturaleza de Edimburgo (1786), Real Sociedad de Medicina de Londres (1789), Real Sociedad de Farmacia de París (1796), Sociedad Linneana (1799), etc.
Evidentemente, Casimiro Gómez Ortega se sabía mover y le gustaba. Era inteligente, culto, trabajador y organizado, se desenvolvía bien en cualquier ambiente, era afable y comunicativo, hablaba varios idiomas y tenía contactos. No es de extrañar que alcanzara tan altas cotas dentro de la sociedad de la época.
Su producción bibliográfica no es en absoluto desdeñable. De hecho, publicó más de cuarenta obras tanto científicas como, literarias… y sin tener en cuenta artículos, informes y discursos. Muchas de sus obras fueron traducciones de textos científicos como los de Henry Louis Duhamel de Monceau y Gustave Adolphe de Gyllemborg. Casimiro Gómez Ortega, además de lo dicho, sabía inglés, francés y hablaba latín a la perfección, destacando la calidad de su redacción.
Dentro del ámbito científico destacamos las obras que escribió pensando en sus alumnos como su Curso elemental de Botánica teórico-práctico que publicó en colaboración con el también farmacéutico D. Antonio Palau en 1795, convirtiéndose en el principal libro de texto para los estudiantes de botánica en España, obteniendo gran repercusión internacional y sus Tabulae botanicae (latín) o Tablas botánicas en que se explican sumariamente las clases, secciones y géneros de plantas que trae Tournefort en sus Instituciones…(castellano/latín). Casimiro prefiere adoptar el sistema de clasificación de Joseph P. de Tournefort para sus alumnos por ser más sencillo que el de Linneo, a pesar de ser, con Antonio Palau Verdera, el principal introductor y defensor del nuevo sistema linneano en España, donde el método del francés predominaba por haber sido el utilizado por José Quer Martínez, otro gran botánico y predecesor de Casimiro.
Resulta curiosa la obra De Cicuta commentarius (Madrid, 1763), en la que se describen las propiedades de la cicuta en el tratamiento de afecciones oftálmicas y las preparaciones farmacéuticas que se pueden formular con ella. Incluye observaciones sobre el poder curativo de la Cicuta, aportando casos clínicos. Por supuesto, en esta obra aparece una detallada descripción de la planta. Más original todavía es el folleto Historia Natural de la Malagueta o Pimienta de Tabasco y noticia de los usos, virtudes y exención de derechos de esta saludable y gustosa especia, con la lámina de su árbol (Madrid, 1780). Es la primera referencia escrita de la pimienta Tabasco.
Se encargó de la corrección, redacción en latín y publicación, por R.O de 1784, de la Historia Natural de las Indias Occidentales, del médico Francisco Hernández, a partir de unos manuscritos encontrados en el Colegio de San Isidro de Madrid.
Su obra cumbre sería la continuación, en 1784, de la Flora española de Quer (maravillosamente editada por Joaquín Ibarra, el del famoso “Quijote de Ibarra” de 1782). A los cuatro volúmenes existentes añadió dos más que quedaron inéditos a la muerte de éste, siendo superiores por haber corregido algunos errores. También publica la mejor biografía que se ha escrito sobre su colega Quer: Elogio histórico de Don Joseph Quer (Madrid, 1784).
Tradujo numerosas obras científicas y de viajes, como Viaje del Comandante Byron alrededor del mundo, traducido del inglés y anotado por Casimiro Gómez Ortega con datos sobre los territorios visitados por el marino. También tradujo numerosas obras del célebre Duhamel de Monceau, como el Tratado de Física de los árboles (1772).
Dentro de la literatura no científica destacan Examen imparcial de la zarzuela “Las labradoras de Murcia” e incidentalmente de todas las obras del mismo autor (1796), dado que era un amante del teatro, y Tentamen poeticum seu laudibus Caroli III Hispan. Regis carmen (1759), publicado en castellano a los diez años como Ensayo poético en elogio del rey Carlos III. Gracias a él, se publicaron las églogas de Garcilaso en una edición bilingüe en castellano e italiano (1771). Como buen ilustrado le gustaban las artes, sobre todo la poesía y el teatro. Solía frecuentar la Tertulia de la Fonda de San Sebastián, dedicada a la cultura, obviando por completo la política y la ciencia.
Otras obras son: Pro Immaculata Dei Parentis Conceptione (Barcelona, 1756), Cajetani Montii Philosophi & Medici Bononiensis, Botan & Hist. Natur. in Instituto Scientiarum Professor … Oratio (Bolonia, 1762), Francisci Hernandi, medici atque historici Philippi II hisp. et indiar. regis, et totius novi orbis archiatri, Opera, cum edita, tum inedita, ad autographi fidem et integritatem expressa, impensa et jussu regio(1790), Philosophia botanica, annotationibus, explanationibus, supplementis aucta cura, et opera (Madrid, 1792), Farmacopea quirúrgica de Londres (Madrid, 1797), Novarum aut rariorum plantarum Horti Reg. Botan. Matrit. descriptionum decades, cum nunnullarum iconibus(Madrid, 1797) y Carminum libri quatuor cum nunnullarum interpretatione Hispanica (Madrid, 1817).
La destitución como Secretario de Estado de José Moñino y Redondo, Conde de Floridablanca, en febrero de 1792, fue un duro golpe para Casimiro Gómez Ortega. Además de su buena relación, el Conde de Floridablanca fue el impulsor del gran poderío naval, tanto comercial como militar, característico del reinado de Carlos III y favoreció las expediciones científicas.
En 1799, el Jardín Botánico pasó a depender de la recién formada Junta Superior Gubernativa de Farmacia, lo que perjudicaba a Casimiro Gómez Ortega y favorecía al que sería, muy a su pesar, su sucesor: Antonio José Cavanilles. Se jubila en 1801 de su puesto en el Real Jardín. Fallece en Madrid en 1818.
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Autor: Luis Marcos Nogales (farmacéutico). Septiembre 2012
Bibliografía: Historia de la Farmacia (JuanEsteva de Sagrera. Masson. 2005. ISBN 8445814249);Páginas de historia de la Farmacia (JoséLuis Gómez Caamaño. Sociedad Nestlé. 1982. D.L B-29.143-81);Lo que la ciencia debe a los farmacéuticos (Roldán Guerrero. Imprenta del P. de H. de Oficiales del Ejército.1952); Tres botánicos de la Ilustración (Antonio González Bueno. Nívola libros y Ediciones, S.L. Madrid. 2002);www.mcnbiografias.com; www.madrimasd.org
Imágenes: play.google.com; www.madrimasd.org; Museo de América.